En Collado Villalba, el regreso de las vacaciones no solo significa preparar mochilas o abrir negocios después del verano. Septiembre también es el mes en que aumentan los avisos por cucarachas, chinches, mosquitos y roedores. La clave para mantenerlos bajo control está en una inspección post-verano de plagas en Villalba, aunque alrededor de este tema circulan muchos mitos que conviene aclarar.
Mito 1: “Si no veo plagas, no tengo infestación”
Realidad: muchas plagas actúan de manera silenciosa. Los roedores dejan huellas como heces o cables roídos antes de aparecer a simple vista. Lo mismo ocurre con las chinches, que pueden estar escondidas en colchones sin ser detectadas hasta que las picaduras se vuelven evidentes.
Mito 2: “El frío de Villalba eliminará los insectos por sí solo”
Realidad: aunque las temperaturas bajen en otoño, las cucarachas y los roedores buscan refugio en sótanos, garajes y trasteros. No desaparecen, se mudan más cerca de nosotros.
Mito 3: “Con limpiar a fondo basta”
Realidad: la limpieza es esencial, pero no suficiente. Si existen grietas, agua acumulada o restos de comida, las plagas siempre encontrarán una vía para asentarse. Una inspección profesional detecta puntos de riesgo que pasan desapercibidos.
Mito 4: “Las chinches solo aparecen en hoteles”
Realidad: tras el verano, Villalba registra un aumento de chinches en viviendas particulares, ya que viajan en maletas y ropa. No importa el tipo de alojamiento, todas las casas están expuestas.
Desmontar estos mitos es el primer paso para entender por qué una inspección post-verano en Villalba resulta imprescindible. Detectar cucarachas, roedores, mosquitos o chinches a tiempo evita infestaciones mayores y protege la salud en hogares, colegios y negocios del municipio.



